miércoles, 14 de marzo de 2018

Mt 17,1-13


17               1 Seis días después se llevó Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y subió con ellos a un monte alto y apartado.
2 Allí se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron esplendentes como la luz.
3 De pronto se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
                      4 Intervino Pedro y le dijo a Jesús:
                     - Señor, viene muy bien que estemos aquí nosotros; si quieres, hago aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
                     5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y dijo una voz desde la nube:
                     - Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi favor. Escuchadlo.
                     6 Al oírla cayeron los discípulos de bruces, aterrados.
                     7 Jesús se acercó y los tocó diciéndoles:
                     - Levantaos, no tengáis miedo.
                     8 Alzaron los ojos y no vieron más que al Jesús de antes, solo.
                     9 Mientras bajaban del monte, Jesús les mandó:
                     - No contéis a nadie la visión hasta que el Hombre resucite de la muerte.
                    10 Los discípulos le preguntaron:
                    - ¿Por qué dicen los letrados que Elías tiene que venir primero?
                    11 Él les contestó:
                    - ¿De modo que va a venir Elías a ponerto todo en orden?
12 Pues os digo que Elías vino ya y, en vez de reconocerlo, lo trataron a su antojo. Así también el Hombre va a padecer a manos de ellos.
                    13 Los discípulos comprendieron entonces que se refería a Juan Bautista.

EXPLICACIÓN.

1 - 13.           Esta escena pretende mostrar a los tres discípulos más destacados que el destino del Mesías antes enunciado (16,21) es "la idea de Dios" (16,23). Jesús les demuestra la realidad y calidad de la vida que supera la muerte. Monte alto, manifestación divina excepcional; como el sol, (cf. 13,43); el blanco, color de la gloria divina. Moisés y Elías conversan con Jesús (3): alusión a Éx 34,45. El AT (Ley y Profetas), subordinado a Jesús, el Hombre, ha de interpretarse a partir de él. Propuesta de Pedro (4), que enlaza con la fiesta de las Chozas, de marcado carácter mesiánico nacionalista; pone a Moisés y Elías en el mismo plano de Jesús (tres tiendas); el Mesías debe integrarse en las categorías del AT. La nube (5), símbolo de la presencia divina (Éx 13,21; Nm 9,15; 2 Mac 2,8). La voz repite las palabras del bautismo (3,17) y señala la unicidad de Jesús; ningún personaje del AT puede compararse con él. Escuchadlo a él (cf. Dt 18,15). El AT queda relativizado. Miedo de los discípulos (cf. Dn 8,17) ante la teofanía (Is 6,5; Dn 10,15.19). Jesús los toca como a los enfermos y a los muertos (8,3.15; 9,25-29); están en la misma situación que el antiguo Israel. Comunicar la visión mal entendida (4) induciría al error sobre el mesianismo de Jesús (9). Buscan un argumento contra la doctrina de los letrados (10). La figura de Elías se ha realizado en Juan Bautista. No habrá intervención milagrosa. La misión de Juan ha sido impedida por la violencia del poder (12). 

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